Hace ahora casi doce años empezamos una nueva andadura, una nueva vida, sin experiencia en el tema, pero con ganas y necesidad de sacar adelante una familia numerosa, con tres hijos entre los 5 y los 16 años, y una abuela ya enferma, mi madre. Fué una dura adaptación. Eran 16-18 horas de bar sacando adelante un negocio muy esclavo, del que lo desconociamos casi todo, y los chicos solos en casa demasiadas horas.
Comiamos todos en el bar, por turnos, y a la salida de clase se iban los tres juntos para casa. Aprendieron a cocinar, a poner lavadoras, a recoger las cosas de casa, se cuidaban unos a otros, y a mi madre, ya en silla de ruedas, hasta que murió un año despues. Fueron tiempos duros. Yo hacia lo que podía, intentando controlar los dos frentes lo mejor que podía y sabía. Muchas veces tenía que solucionar "altercados" y conflictos familiares por telefono, o explicar como podian hacer tal o cual comida, tambien por telefono, mientras atendía a mis clientes en el bar.
No ha sido fácil para ninguno. Pero pienso que estas dificultades y quizá carencias que han vivido nuestros hijos, y tambien nosotros, han servido para tener un aprendizaje de la vida cotidiana, y de los valores familiares en general que les ha enriquecido como personas.
Sin su actitud y comportamiento, nunca hubieramos podido estar estos doce años al frente del bar. Pero los años han ido pasando. Ellos se han hecho mayores y nosotros tambien. Ya se nos hacía MUY cuesta arriba aguantar allí tantas horas. Los años traen tambien achaques en la salud, que tambien complicaba las cosas.
Había llegado la hora de cambiar de nuevo de rumbo y dejar el bar. Pero todos nuestros ahorros estaban allí entre esas cuatro paredes, y había que intentar recuperarlos.
Han sido años durisimos, de anuncios, carteles, visitas desagradables observandolo todo casi con menosprecio, de "tirarlo todo por tierra" sólo para que bajáramos el precio, años de ilusiones ... de desengaños, de chascos... toda una experiencia nada agradable, agravada tambien por la crisis.
Atrás quedan muchísimas cosas vividas. Mucha gente a la que ha valido la pena conocer. Amigos-amigos muy pocos, pero de los de verdad. Algunas personas a las que me hubiera podido ahorrar el conocerlas, pero bueno... El balance en general, como experiencia ha sido positivo. Cumplimos nuestro objetivo de sacar adelante esa etapa y a nuestra familia.
Recuerdos, muchos y buenos. Muy buenos recuerdos nos llevamos de esos años. Los malos prefiero apartarlos, no pensar en ellos.
Pero la vida sigue, y te empuja... afortunadamente. Y yo siempre he hecho valido aquello de "renovarse o morir". Y ahora toca renovarse, o reinventarse, asumir un nuevo reto, abrir otra nueva puerta, empezar otra etapa. Y estoy impaciente por hacerlo. Hay que moverse ya!! El tiempo pasa rápido y la vida sigue y nos persigue. Atrapemosla. VALE LA PENA VIVIRLA Y LUCHAR POR ELLA.
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