domingo, 14 de julio de 2013

ESCAPE

Estoy escribiendo estos pensamientos en un borrador, y no se siquiera si lo publicaré.  Escribo porque lo necesito, como una válvula de escape, pero no sé sinceramente, si le puede interesar a nadie.


Demasiados días sin escribir, demasiado tiempo. Sentía la necesidad,  pero ni me acordaba de mi querido blog. He estado superocupada con el nuevo proyecto, que hoy ya es una realidad. Una realidad viva, que acaba de nacer y hay que hacer crecer, encarrilar, promocionar, o modificar si así se tercia.
Porque el tiempo pasa muy rápido, demasiado, y había que espabilar.
Mucho han cambiado las cosas desde mi último post. Muchísimo. Atrás ha quedado ya el bar -afortunadamente-, pero sus secuelas aún nos persiguen.  Los últimos años con la crisis no nos deja todavía respirar.
Mi lugar de trabajo es ahora otro mundo. He cambiado de pueblo, en una muy buena zona. Muy concurrida. Mi tienda, muy bonita; imaginada y creada por nosotros detalle a detalle.   La idea del negocio creo, y cree todo el mundo -así me lo dicen- es buena.  Es un rinconcillo con aires andaluces, con productos exclusivamente andaluces... pero llevado por una catalana. Eso sí, con todo el cariño, dedicación y voluntad de lo que soy capaz. Tiendas normales, en las que hay lo mismo en todas, ya hay demasiadas.  Hay que salir marcando diferencias.O eso es lo que se intenta.

Pero nada es fácil, y menos en estos tiempos que corren. Cuando se empieza algo de esta embergadura, de la que directamente depende el sustento de la familia, porque se han empleado todos los posibles, sin ayudas oficiales, ni nada - es impensable conseguir algo oficial- , sólo con la inestimable ayuda y colaboración de la familia. Ayuda de todo tipo, personal, económica y tambien moral, muy importante. El hecho de ir superando el día a día, se convierte en un vía crucis. Paso a paso, cada día superado, cada escalón subido se convierte en un pequeño éxito.
Se entremezclan los sentimientos..., las sensaciones..., los bajones..., las esperanzas..., las pequeñas alegrías, las ganas y la necesidad de seguir... Puedes sentirte eufórica en un momento determinado, por un buen día, por el aliento de algunas personas, y al día siguiente profundamente hundida y deprimida, con tu estado de ánimo subido en el dragón khan, subiendo y bajando por ratos y por ciclos.  Esto no es sano. Ni es vida. Pero es lo que hay.
Ningún negocio -legal- está hoy en alza, no hay todavía brotes verdes... lo veo todos los dias a mi alrededor. Seremos afortunados de sobrevivir   La realidad es cruda, dura, sangrienta diría yo.
Estoy instalada en una zona "mirador" en calle peatonal/comercial en el centro del pueblo , donde ves desfilar de todo, a familias "bien", altivos, seguros y bien puestos. Tambíen familias trabajadoras, a la busca y captura de la rebaja de turno, o simplemente paseando por una calle llena de bonitos escaparates, donde hay sombra y aire acondicionado en todas las tiendas.
Y la parte más negativa, los que vienen pidiendo... dinero... comida... con un vaso de plástico en la mano, avasallando a la gente en la calle.  A lo primero te dan pena, luego no sabes que pensar... despues ... Despues los ves por la noche todos juntos en una zona apartada, haciendo recuento de los "beneficios". Ya han cambiado las zapatillas rotas, por zapatos de tacón -ellas- y las bolsas de plástico, por bonitos bolsos colgados al hombro.
De qué o de quien fiarte? ... directamente de nadie. Es una verdadera pena.
Estamos en una jungla, y es tan simple como sobrevivir.  El que sea capaz de comer todos los días, pagar sus facturas y no morir en el intento, puede considerarse afortunado.

No sé que pasará pasado mañana, no quiero pensarlo. Bastante hay con solucionar el día de hoy, con el rabillo del ojo puesto en el de un mañana inmediato.  Pasito a pasito, sin perder el aliento, aunque a veces sientes que te ahogas.